Una vez más levanto la mirada y contemplo los cerros que están blancos y que el sol los ilumina con el pasar la tarde. Mi ojos tristes e hinchados producto de las lagrimas que han caido en el transcurso de los minutos que marca mi reloj.
Que pena mi vida y los desafortunados que viven lo mismo que yo, no quiero disculpar, pero tampoco quiero creer, no quiero ser un sims, quiero la felicidad eterna, me lo merezco.
viernes, 22 de julio de 2011
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