jueves, 29 de abril de 2010

OXIGENO

Sin querer, sin predecir, y sin pensar a veces uno cae lentamente en las emociones más fuertes que tiene el ser humano; el amor.
Caminamos sobre nubes creyendonos los perfectos cariñositos como en aquella época cuando lo mirabamos por Red TV, y sinceramente no me siento capáz de expresar con exactitud lo que podemos llegar a sentir porque en realidad cada ser humano siente de una forma distinta.
La mia, la tuya, la de él, la de ellos y asi… es un circulo que no llega a ningún punto porque en realidad el único punto en el que podemos concordar es el amor.
Cada vez que me sentía volatil, así, viajando dentro un propio mundo, era como ir viajando en Ares de la NASA, flotaba e incluso hasta la comida la podía percibir de una manera distinta, es algo sobrenatural, algo que va más allá que cualquier sentimiento expuesto pudiese tener yo con alguien y ese alguien por mi.
Mientras flotaba y me reía de la felicidad, se me acabo abrio la compuerta del Ares y caí, sin oxigeno, sin amor, sin pudor, sin respiración.
Me asfixié, me ahogue y me maté. Quiero correr a los brazos de alguien que me quiera, que me abrace cuando tengo miedo y sobre todo, todo lo que tuve ayer, no lo tengo hoy. Realmente tengo pilares que me ayudan a pararme, pero siempre he ido moviendo los hilos de mi marioneta con el amor.
Es que en realidad han roto las estalactitas de mi corazón y estoy hundido en un mar de belleza y amor, y en realidad que no me vengan con los espelotema ni el bicarbonato cálcico porque en realidad todo lo tenía, ahí estaba como un trozo de hielo roto.
Así estoy ahora. Derritiendome.

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Santiago, Metropolitana, Chile
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