Luego de mi terapia de autoestima y convicciones he vuelto a fallar con el ser que se arrodilla ante mi, complace mis instintos y que soporta hasta la influenza que llevo dentro. He lanzado nuestro closeth completo y he visto volar las poleras como si fuesen pájaros volando en primavera. Yo, dominado por la ira y la angustia que se hace parte de mi en los momentos menos precisos de esta vida.
Si existe dios le pido ante estas letras que me sane, que sane mi corazón y mi mente, quiero amarlo bien, respondiendo a sus intereses juntandolos con los mio. Tengo miedo a perderle, a que el día de mañana no despierte sobre nuestra cama, cuidarlo y protegerlo en sus alegrías y tristezas. Apoderarme de la buena amistad que llevamos y también competir como dos enemigos que se abrazan perdonados por las noches.
Te quiero pero te odio, te odio pero te quiero, así me la llevo por mis días, y cuando los pájaros vuelan tan alto me doy por aludido de cuanto te amo. Quizás nunca me enamoré de esta forma... Caigo en la demencia repentinamente y debo tomar los ansiolíticos para mantenerme en calma y en píe. Firme ante ti reacciono de diversas maneras que reúno un puzzle de sentimientos que se condimentan con el mejor plato que tendré para esta noche...
Vuela alto pequeño mio- vuela y llévame rápido al cielo que no soporto esta angustia que me entristece en estos momento.
Me duele tu partida, tu caminar levantando polvo con tus zapatos brillosos y yo sin poder hacer nada para mantenerte mejor.
Espérame... que mi corazón se iluminará y estarás orgulloso de mi y de nuestro camino distinto que hemos decidido vivir.
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