Me miro en el espejo una y otra vez y no logro captar los mensajes que envía mi cerebro, si hasta por las noches tengo pesadillas y creo que se tornaran realidad...
Realmente esto está muy mal, soy como un barco que naufraga entre marejadas altas que desembocan entre rocas gigantescas y mi grandioso barco se torna de papel para así irse destruyendo con los golpes que me envían.
Dios, que tengo que aferrarme a ti ante cualquier adversidad ancestral, conecto mi vida con ese ser mágico que ha entregado amor y se sustenta de la caridad de sus adversarios y sus ídolos. ¡Qué ganas de ser un ídolo mundial! y se dice que el gran rey es Elvis Presley. Persuado mi cuerpo y mi mente sin pensar en otra cosa que tranquilizar mis emociones. Como volver a la esencia de pequeño y quedarme ahí, entre viseras y agua en posición fetal, no tener preocupaciones y adquirir los sentimientos de madre que se confabulan con el mio.
Te quiero mamá, a veces pienso en lo mal que me he portado y en la carga indispensable que soy para ti, aún así me perdonas cada día que remonto las heridas que han ido sanando con el tiempo. Que ganas de no verte tan cansada por algunos días, pero se que así eres feliz.
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