El Ladrón.

Me abandonó.

Quedaron sus gestos y su implacable capacidad de no tolerar a este fastidioso corazón, que amaba con locura hasta como se sentaba en el baño a leer mientras exponía su intimidad bajo mis deslumbrantes ojos que jamás dejaron de contemplarlo.

Partió con una maleta llena de sueños y entre esos iba yo, acongojado por querer negar la posibilidad de un mejor bienestar para ambos. Le quiero.... soy egoísta y egolatra, la envidia culmina en los latidos de mi corazón al ver que es mejor que yo.

Entre libros de medicina y un cuadernillo que se rayaba en los días que mi corazón le extrañaba me aprieto en las tintas de los Mont Blanc que le regalé para la navidad del 2010.

Recuerdame, ámame, llorame, quiéreme, respétame e infartame. Camino como un zoombie dentro de la ciudad de Resident Evil, como si fuese jugando con el demonio que llevo dentro y que sorprendentemente se torna mi aliado antes de llegar al aeropuerto de Pudahuel.

No lo dejen salir del país!!!! es un ladrón !!!! me robo el corazón, le grite a los guardias que me miraron como si yo fuese el que se enredaba de locura, fui apresado sin siquiera que mi amor se diese cuenta. No dudo que si se hubiese percatado hubiese perdido el vuelo por mi...

Fui tildado de loco. Nadie sabe que lo estoy, y que amo la demencia cuando se trata de revolotear mi cerebro por amor.

Amo el arte, la familia, las letras y a mi amor...